19/10/2017 Fuente: Varias Fuentes

Entonces, ¿por qué surge Bitcoin?

La gracia económica de Bitcoin es que la escasez de la moneda está en la base de su diseño. El número de Bitcoins en circulación no puede crecer arbitrariamente, la tasa a la que se liberan nuevas Bitcoins está controlada de tal forma que cada 4 años se reduce en el 50%. De esta manera, está calculado que el número de Bitcoins en circulación nunca pasará de los 21 millones. El diseño matemático es bastante complicado para dotarle de seguridad, pero lo principal ahora es hacer un salto de fe y considerar que el número de Bitcoins crecerá a un ritmo controlado, suficiente para absorber a los nuevos usuarios de la moneda, teniendo en cuenta que es una moneda sin una entidad central que controle la inflación ni la introducción de más dinero en el mercado.

Lo atractivo de este modelo es que no hay injerencias externas, rescates financieros ni nada similar. Debido a su naturaleza descentralizada y la inmunidad a las maquinaciones de los banqueros centrales y políticos, nuestros ahorros en Bitcoins estarían seguros. Por el contrario, no hay que olvidar que de trata de una moneda P2P, y por ello las transacciones no tienen que pasar por ningún banco que nos asegure que este dinero es “real". En su lugar, la validez de Bitcoin reside en su tecnología, en todas las técnicas que aseguran que funciona como si fuese una moneda real.

Ahora bien, también tendrá sus enemigos. Si esta moneda empieza a ser relevante podría poner en peligro las estructuras político-económicas del mundo. Y por tanto podría ser declarada ilegal, simplemente porque los Estados no quieren perder el control de la moneda, una herramienta fundamental para manipular (en el buen sentido) la economía.

Al no tener que pasar por un banco, es muy sencillo realizar transacciones económicas sin que quede registro y por tanto sin pagar impuestos. Esto es muy peligroso para los Estados, ya que sin impuestos no hay servicios públicos, ni pensiones ni infraestructuras tal y como las conocemos. Además, precisamente el hecho de que sea descentralizado y salvaguarde la privacidad, ha contribuido a que se haya utilizado esta criptomoneada para llevar a cabo transacciones ilegales.

Además del Bitcoin, están surgiendo otras nuevas criptomonedas como Ether y Ripple. Muchas han experimentado aumentos estratosféricos de precio durante el último año, aunque ha habido una venta masiva significativa durante las últimas semanas. Durante el mes de septiembre, en un espacio de tres días, el valor del Bitcoin se desplomó un 40% aunque después se recuperó más de un 25%. A pesar de ello, la variación YTD del Bitcoin se mantiene en el 87%, mientras que para Ether es aún superior: el 151%.

El sorprendente aumento del precio de este tipo de monedas, ha beneficiado verdaderamente a los primeros que invirtieron en ellas. Hay quien las ve como la moneda del futuro. Sin embargo, los inversores institucionales generalmente han evitado entrar en este mercado, ya que las consideran una clase de activo increíblemente volátil. Establecer un valor justo es también extremadamente difícil. Un método de valoración de las criptomonedas se inspira en su potencial uso en el futuro, sin embargo, no ha habido un avance significativo en su aceptación como divisa.

 

 

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