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Siempre defendemos que la mejor forma de ahorrar es hacerlo de manera continua, destacando la constancia en el ahorro. Las aportaciones periódicas te permiten entrar en diferentes momentos de mercado y cubrirte así de grandes oscilaciones de este. Sin embargo, bien por una falta de planificación anterior, bien porque has conseguido finalmente ahorrar más de lo que esperabas o bien por aprovechar la paga extra de Navidad, el final de año es un buen momento para hacerte tus cuentas y realizar una aportación extraordinaria a tu plan de pensiones. Todo pensando en tu ahorro para la jubilación y, especialmente, en tu ahorro a más corto plazo en la siguiente declaración de la renta.
Un plan de pensiones es, además de un vehículo de ahorro para la jubilación, un producto muy eficiente para los contribuyentes, ya que las aportaciones realizadas a los mismos permiten el diferimiento fiscal y generan un beneficio directo: desgravan en la renta. Las aportaciones a tu plan de pensiones reducen tu factura con Hacienda, reduciendo tu base imponible del IRPF y, en consecuencia, produciendo un ahorro fiscal.
En el caso de los planes de pensiones de empleo, debemos contabilizar tanto las aportaciones realizadas por el partícipe como por la empresa al plan de empleo (como las que puedas realizar a otro plan de pensiones individual), hasta el máximo legal de 8.000 euros anuales.
Al realizar la declaración de la renta, Hacienda nos devuelve parte de lo que hemos aportado. Por cada 1.000 € aportados a tu plan, podrás ahorrar hasta 450€ en tu siguiente Declaración de la Renta. Las rentas más elevadas son las que más posibilidades tienen de beneficiarse de esta ayuda de Hacienda, que puede suponer hasta el 45% (rentas de más de 60.000 euros) de la aportación realizada. Para rentas más modestas (entre 12.450 y 20.200 euros) el ahorro fiscal es del 24% de la aportación, es decir, 240€ de ahorro por cada 1.000€ aportados al plan de pensiones.
Además, siempre y cuando los rendimientos netos del trabajo o actividades económicas de tu cónyuge, no superen los 8.000 euros anuales, podrás aportar a su plan de pensiones hasta un máximo de 2.500 euros al año, los cuales te desgravarías tú como aportante aunque el beneficiario sea el cónyuge. Es decir, en este caso podrías reducir tu base imponible hasta 10.500€ al año, sin duda un gran ahorro en tu Declaración de la Renta.
Una vez que ya sabes lo que puedes desgravarte, debes hacerte tus cuentas, y antes de que finalice el año "hacer" tu declaración fiscal, como si en el mes de abril estuviéramos. Con ello sabrás la cantidad que debes aportar de manera extraordinaria a tu plan de pensiones para ahorrar lo máximo posible. De esta manera, cuando realices tu Declaración de la Renta en abril de 2021, no tendrás sorpresas.
¿Qué hay de esa leyenda de que lo que me ahorro hoy con mis aportaciones al plan de pensiones lo pagaré en el momento del rescate?
Las aportaciones que realizas al plan de pensiones suponen entorno al 25-30% de gravamen para los sueldos más bajos, porcentaje que puede llegar hasta un 45% para los sueldos más altos. Frente a ello, encontramos el momento del cobro de la prestación, en el que el tipo puede estar en torno al 17% en pensiones de 30.000€. Esta diferencia ya supone un ahorro considerable en impuestos, a lo que se le unirá la rentabilidad generada por ese ahorro aportado al plan de pensiones a lo largo de los años.
Se trata de diferir el pago del impuesto al momento del rescate cuando, por lo general, nuestro tipo impositivo es menor porque ya no trabajamos y la pensión que cobramos es inferior. Por tanto, de esta manera, al final pagamos menos impuestos.
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